Las palabras son seres vivos. Nacen, crecen, se reproducen y mueren. Hay palabras que al pronunciarlas saben bien, palabras saladas que nos endulzan la vida, hay palabras ácidas y palabras muy amargas. Hay palabras elegantes vestidas de fiesta que alegran la vista y otras vulgares y andrajosas. Palabras que se escuchan como música en los oídos y palabras que suenan como un portazo. Hay palabras pestilentes para taparse la nariz y otras que huelen a flores. Hay palabras suaves que casi te acarician y palabras ásperas como una lija. Hay palabras alegres y tristes, palabras valientes y cobardes, palabras curiosas, palabras que cortan como cuchillas y palabras que curan y reconfortan, hay palabritas y palabrotas, palabras menudas y menudas palabras; palabras compradas o prestadas y palabras para regalar; palabras de todos, palabras de nadie. Todas nuestras, todas vuestras. Palabras para jugar, para querer, para aprender, para soñar...
Piscifactoría: el factor de la piscina. Pistilo: el pis del estilo. Bandurria: el aburrimiento de la bandera. Barbarie: el bar de la barbie. Betún: alimento del atún.
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